Necesitas (para 6 personas)
250 g de queso marcarpone (yo utilicé de la marca Galbani)
Un paquete de galletas tipo savoiardi o bizcochos de soletilla
70 g de pistachos molidos
1 yema y 2 claras de huevo
75 ml de café
Licor de almendras (amaretto)
6 cucharadas de azúcar glacé
Cacao en polvo (recomiendo Valor)
Cómo se hace:
1. Es difícil encontrar los pistachos ya molidos, así que si los tenemos enteros debemos pelarlos por completo y picarlos. Lo que nosotras hacemos normalmente es machacarlos en el mortero, lo cual es más lento y doloroso (¡ay!) pero me gusta porque quedan trocitos de distinto tamaño y alguno literalmente "hecho polvo" y al mezclar con el marcarpone le da un cierto tono color pistacho.
2. En un bol mezclamos el mascarpone con el azúcar glacé, los pistachos (reservamos unos pocos para adornar) y la yema de huevo. Lo removemos suavemente con una espátula de silicona o madera hasta que la mezcla quede homogénea.
3. Batimos las claras a punto de nieve. Esto es importante, pues es lo que va a hacer la crema de queso quede más ligera y esponjosa.
4. Juntamos las claras a punto de nieve con la mezcla de mascarpone y lo mezclamos delicadamente con movimientos envolventes de abajo hacia arriba para que no pierda esponjosidad.
5. Hacemos un café y cuando esté listo lo vertemos sobre un recipiente, por ejemplo, una bandeja de cerámica profunda o un bol y añadimos un buen chorro de amaretto. Si es necesario dejamos que enfríe un poco, pero no demasiado.
5. Ahora montamos nuestro Tiramisú: vamos empapando las galletas en el café y colocándolas en la base de los basitos o bandeja donde vayamos a servirlo. Encima ponemos una capa de crema de mascarpone, y encima, otra capa de galletas empapadas y así sucesivamente. La última capa ha de ser de crema.
6. Espolvoreamos con cacao ayudándonos con un colador y adornamos con trocitos de pistacho. Ya está listo, sólo hay que dejarlo reposar unas horas en la nevera tapado con un film y ¡a disfrutar!.
Notas: obviamente, como en todo, es importante utilizar ingredientes de calidad, un buen café y un buen cacao marcan la diferencia, y por supuesto, el mascarpone en lugar de nata. Para presentarlo podéis elegir vasitos individuales como en la foto o prepararlo en una bandeja de cristal o cerámica que tenga cierta profundidad. Podéis espolvorarlo con cacao y adornarlo justo antes de servir cuando lo saquéis de la nevera y quedará mejor presentado, ya que la crema suele humedecer el cacao en la nevera.
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