martes, 27 de noviembre de 2012

Solomillo de cerdo asado con patatas


El solomillo de cerdo es una carne muy fácil de preparar al horno, que resulta riquísima y es una opción más económica que el solomillo de ternera. Normalmente lo encontramos en el supermercado listo para asar entero, sólo lo tenemos que adobar un poco y condimentar con romero y tomillo, si nos gusta el sabor, o simplemente con ajo y perejil, sal y pimienta. En este caso lo acompañamos de patatas asadas y membrillo que teníamos en conserva, ya que el toque dulce de las frutas le queda muy bien al lomo de cerdo. La conserva de membrillo es una receta de Matilde Felpeto y está delicioso, pero podéis también acompañarlo de manzanas, ciruelas u otras frutas, incluso añadir castañas asadas, ahora que están en temporada. Es un plato que admite el recalentado, por si os lo tenéis que llevar en un tupper, cortadito en lonchas con su salsa y guarnición. También, con lo que os sobre se pueden cortar lonchas más finas en frío y hacer unos deliciosos bocadillos o sandwiches acompañado con lechuga y tomate o solo con pan. La receta es de mamá, y tiene algunos truquitos para que quede más tierno y sabroso...

Necesitáis (para 4 raciones)
Para la carne:
1 solomillo de cerdo
Aceite de oliva vírgen extra
Mantequilla
Perejil
Ajo
Condimento de hiervas provenzales (opcional)
Pimienta
Sal (normal o especial condimentada, yo he utilizado sal aromatizada Salarom de Cannamela, ricetta emiliana, que me trajo Silvia de Italia)
Un poco de zumo de limón
Frutos para acompañar (membrillo, ciruelas pasas, castañas, manzana...)

Para las patatas:
6 patatas adecuadas para asar (o más si son pequeñas)
Aceite de oliva vírgen extra
Vino blanco
Condimento de hiervas provenzales
Pimentón de la vera
Azafrán en hebra o molido
Perejil
Ajo
Sal

Cómo se hace:
1. Lo primero es adobar la carne unas horas antes de cocinarla: en un mortero ponemos dos dientes de ajo y unas hojitas de perejil, un poco de pimienta molida y lo machacamos. Repartimos la mitad de la mezcla sobre la superficie de la carne y la dejamos tapadita con un film en la propia bandeja donde lo vamos a asar.
3. Precalentamos el horno a 200° C. Preparamos las patatas cortándolas en trozos no muy pequeños, y extendiendo el resto del ajo y perejil sobre ellas. Añadimos sal. En el mismo mortero ponemos medio vasito de vino blanco, unas hebras de azafrán una pizca de pimentón y removemos, añadimos unos 100 ml de aceite de oliva y removemos. Vertemos la mezcla sobre las patatas, espolvoreamos con las hiervas provenzales y las metemos al horno. Tened en cuenta que más tarde habrá que meter la carne. Las patatas necesitan al menos 75 minutos, por eso las metemos antes.
2. Mientras se van haciendo las patatas retiramos el ajo de la superficie de la carne, ya que sino se quemaría y la salpimentamos bien. En una sartén ponemos una capa fina de aceite de oliva y una nuez de mantequilla y calentamos removiendo con una cuchara de madera con cuidado de que no se queme y cuando esté en el momento que empieza a humear ligeramente lo vertemos sobre la carne. Esto "sellará" la carne haciendo que no pierda el jugo al asarse y quedará  más rica.  ¡Mucho cuidado con el aceite caliente!
3. Ponemos las frutas alrededor de la carne y cuando hayan pasado 25 minutos desde que metimos las patatas, lo introducimos en el horno donde deberá asarse durante 40-50 minutos. El tiempo dependerá como siempre del horno, pero no os debe quedar muy seco, así que os recomiendo que a los 40 minutos lo pinchéis un poco para comprobar si está. Estará perfecto cuando esté asado y dorado por fuera y con un color ligeramente rosado en el centro. En mi horno le hacen falta 50 minutos, también depende del tamaño del solomillo, así que ya sabéis... "prueba de ensayo y error".
4. Pasado el tiempo, antes de sacarlo del horno podemos añadirle el equivalente a una cucharada sopera de zumo de limón que acentuará el sabor (opcional), dejamos un minuto más y lo retiramos. Servimos cortado en lonchas con su salsa, las frutas y las patatas que estarán listas al mismo tiempo si habéis calculado bien...

¡Que disfrutéis de este delicioso plato! Próximamente publicaremos más recetas de carne y distintas opciones para cocinar las carnes.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Paté de berenjenas


No a todos les gustan las berenjenas ... ¡a mi me encantan en todas sus versiones! Aprovechando la abundancia de esta hortaliza en mi frigo preparé este paté o salsa de berenjenas inspirada en la receta libanesa Babaghannush. Y, será por mi amor por las berenjenas, pero el resultado me gustó mucho. :) Ideal para degustar untándola sobre una rebanada de pan caliente.

Necesitas: 
2 berenjenas grandes
1 diente de ajo (yo prefiero no exagerar con éste ingrediente pero si os gusta podéis poner 2)
1 cucharada de zumo de limón
2 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharadas de perejil picado
sal

Cómo  se hace:
1. Cocer las berenjenas en el horno durante 50 minutos / 1 hora a 200°C girándolas de vez en cuando.
2. Dejarlas enfriar cortarlas por la mitad a lo largo y vaciarlas con una cuchara, machacar la pulpa en el mortero con las dos cucharadas de aceite para crear una crema.
3. Añadir el ajo picadito y el zumo del limon, mezclar bien los ingredientes y sazonar a gusto. Decorar con el perejil picado.

Rico, sencillo y versátil. Lo podeis presentar con pan caliente, con verduras crudas o utilizar también para condimentar la pasta fría.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Bacalao a la Manchega


Esta receta forma parte de una serie de recetas para preparar bacalao que voy a ir publicando. Como algunos sabéis vivo en el país do bacalhau. En Portugal hay mil formas de prepararlo, casi todas deliciosas, aunque me quedo con el Bacalhau grelhado (a la brasa) con cebolla, aceitunas negras y abundante aceite de oliva. Además en las tiendas se pueden encontrar muchas variedades en función de la receta que queramos preparar: en postas, lomos, salado, congelado y desalado, desmigado, más fino, más grueso, más seco, más jugoso, etc. En este caso la receta es española, es una receta de la Mancha que vi en el fantástico blog de Su, Webos Fritos, pero después de hacerla un par de veces he cambiado algunas cosas. Para hacerla utilicé un lomo de bacalao, que es la parte más gruesa y tierna, pero podéis utilizar postas. Este que compré yo viene congelado y ya desalado. Si tenéis que desalarlo mejor que consultéis el procedimiento y tiempo, por ejemplo aquí. El bacalao es un pescado blanco, bajo en grasa y muy rico en proteínas y vitaminas, además de minerales como el potasio y sodio por el contenido en sal. Prometo poner muchas más recetas ¡incluido el ya famoso bacalao al horno de Aldo que le sale espectacular!. De momento aquí va esta receta que recomiendo para invierno.

Necesitas (para 2 personas):
2 lomos de bacalao o 160 g de bacalao desalado y blanco
1 tomate grande o 2 si son más pequeños
1 pimiento rojo
1 diente de ajo
1/2 cebolla grande
Una cucharadita de pimentón
Un poco de perejil
1 patata grande o 2 más pequeñas
Unas hebras de azafrán tostado
1/2 taza de agua
50 ml de aceite de oliva virgen extra
Un poco de miga de pan blanco tierno (opcional)
2 huevos poché
Sal

Cómo se hace:
1. Cuando compro bacalao congelado lo dejo por la mañana, si voy a cocinarlo al mediodía, metido en un bol tapado con agua a temperatura ambiente, para que se vaya descongelado lentamente y quede jugoso. Así que cuando lo vayamos a cocinar lo sacamos del agua y lo metemos en una cazuela con agua hirviendo, escaldándolo unos minutos para facilitar el proceso de quitar las espinas y la piel. A continuación lo retiramos con una espumadera a un plato o escurridor.
2. En un cazo con agua caliente ponemos a cocer las patatas con la piel y las retiramos cuando estén casi cocidas, pero no completamente, las dejamos enfriar y les quitamos la piel. Las cortamos en trocitos medianos.
3. Mientras se van cociendo el bacalao y las patatas, en una sartén ponemos el aceite a calentar y pochamos la cebolla y el ajo cortado en trocitos pequeños. Lo hacemos a fuego medio para que se vaya haciendo poco a poco.
4. Pelamos los tomates, los cortamos en trozos medianos y los escurrimos un poco. Limpiamos y cortamos los pimientos en tiras.
5. Tostamos un poco las hebras de azafrán poniéndolas unos segundos en una superficie caliente.
6. Retiramos la piel y espinas al bacalao con cuidado de no deshacerlo en exceso y los trozos que nos quedan los cortamos en cuadraditos medianos. Que no quede muy deshecho, porque entonces se mezcla todo y pierde la gracia
7. En la misma sartén donde tenemos la cebolla y el ajo, añadimos los trozos de bacalao, el tomate y los pimientos y lo rehogamos 5 minutos. Agregamos las patatas, la media taza de agua caliente, el pimentón y el azafrán. Rectificamos de sal si es necesario y continuamos rehogando todo. Si os gusta que el guiso quede más espeso aquí le añadiríais la miga de pan removiendo un poco, yo me salté este paso.
8. Servís en unas cazuelitas de barro acompañado con unos huevos poché. Para hacerlos cortáis unos cuadrados de film transparente, los pincelais con una gota de aceite de oliva, los introducís en unas tacitas de café expresso y cascais un huevo en cada taza, añadís una pizca de sal y de orégano, hacéis un hatillo con el film y lo atáis con cordel de cocina fuertemente. Los metemos en agua hirviéndo durante unos minutos (más o menos dependiendo de si os gusta más o menos cuajado, yo los hago durante 4 minutos). Cuando los saquéis, cortáis el hatillo y colocáis el huevo cuidadosamente sobre cada plato.

Espero que lo pongáis en práctica y que os guste.

martes, 20 de noviembre de 2012

Crema de calabacín


Esta receta se la dedico especialmente a mi querida Lucía, que vive un poco lejos y creo que este plato de crema de verduras calentito le resultará apetecible para las noches de invierno, ¡aquí está!. Esta es una receta facilísima de preparar, realmente no tiene ningún truco especial, sólo necesitamos una batidora. Los ingredientes también admiten modificación a vuestro gusto, por ejemplo, podéis utilizar otro tipo de verdura, añadirle un poco de apio si os gusta el sabor, o un toque picante, podéis suprimir la patata y añadir más calabacín... En definitiva, es una crema de verduras sencilla y que podéis variar, pero a mi esta combinación de ingredientes me funciona bien, queda suave y deliciosa. Por supuesto yo no le pongo nata, ni leche, y además en mi opinión creo que lo estropea (ya estamos...). Tal y como os lo propongo es una receta totalmente vegetariana, sana, económica y baja en calorías, ¿qué más se puede pedir?

Necesitas (4 raciones):
1 calabacín grande o dos más pequeños.
2 puerros
2 patatas medianas
1 zanahoria
Aceite de oliva virgen extra
Un poco de perejil y apio (opcional)
Pimienta
Sal

Cómo se hace:
1. En una olla lo suficientemente grande ponemos un poco de aceite de oliva (que cubra bien el fondo), pelamos y cortamos las verduras en cuadrados no muy pequeños y los vamos añadiendo a la olla y rehogamos unos minutos todo el conjunto a fuego medio-alto dándole vueltas con una cuchara de madera. Hay que tener cuidado de que no se queme por eso es importante darle unas vueltas. Este paso se hace para que quede más sabroso después, no hace falta mucho tiempo, sólo unas cuantas vueltas en el aceite caliente.
2. A continuación añadimos agua, en una cantidad como para casi cubrir los vegetales, sin que llegue a cubrirlos totalmente. No os preocupéis mucho por la cantidad de agua, porque al final se puede dejar que se evaporé si queda demasiado líquida.
3. Subimos el fuego, salpimentamos y cuando rompa a hervir lo bajamos al medio y dejamos que se vaya cociendo lentamente. De vez en cuando removemos la mezcla para que se haga por igual.
4. A los 15 minutos aproximadamente comprobamos si están hechos los vegetales. El punto en que debe estar es cuando somos capaces de cortar todos los vegetales con una cuchara de madera casi sin esfuerzo. Normalmente la zanahoria y la patata tardan un poco más.
5. Batimos la mezcla. Es importante batirlo muy bien, yo empiezo por una velocidad baja y cuando está más triturado lo bato a la velocidad más alta para que quede lo más fina posible, ya que me gusta sin ningún tipo de grumos. Cuando esté totalmente batida y con aspecto cremoso, la probamos para corregir la sal, ya que es muy probable que necesite más sal. También podemos añadir más pimienta.

¡A disfrutar!

Nota: esta crema es perfecta para preparar el día anterior y calentarla para comer, estará igualmente deliciosa. Podéis hacer esta cantidad y si os sobra, comer el resto al día siguiente, aguanta perfectamente en la nevera. Si está muy líquida, dejadla al fuego con la tapa abierta para que se evapore el agua. Si la vais a calentar y veis que ha quedado muy espesa podéis añadir un poco de agua y calentarla.

Pasta con brécol y anchoas


Esta receta es una de mis recetas de pasta invernales preferida, es una versión de la clásica receta de Puglia "Orecchiete con cime di rapa" pero yo sustituyo la pasta fresca con pasta normal que es más ligera :-) macarrón, espirales... la que prefieras pero que sea corta, el espagueti o tallarin no le va. Además tiene otras dos diferencias con la receta original: la primera es que en lugar de brécol se hace con cime di rapa que son los grelos (extremos de los brotes  del nabo donde aparecen las flores), pero para conseguir un plato para cuatro personas necesitaríamos unos cuantos manojos ¡y el brécol es un sustituto perfecto!; en segundo lugar añadimos también a la receta clásica un ingrediente que adoro, las anchoas, que no esconden el sabor del brécol pero hacen que el plato sea mucho más sabroso. Espero que os guste.

Necesitas  (para 4 personas)
320 g de pasta
400 g de brécol
4 anchoas en conserva 
1 diente de ajo 
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Cayena (opcional)

Cómo se hace:
1. Se pone a cocer el agua y cuando hierve se añade sal grueso y se echa la pasta y el  brécol, si es una pasta con un tiempo de coción muy  largo espera un poco para añadir el brécol porque se cuece en  unos 8-10 minutos.
2. Mientras  en una sartén con seis cucharadas de aceite sofreimos un diente de ajo, cuando esté dorado lo eliminamos y añadimos las anchoas que vamos esmagando con una cucharada de madera a fuego muy lento para crear una especie de paté (si te gusta picante puedes anadir un poco de cayena a esta mezcla)
3. Cuando la pasta esta al dente la saltamos un par de minutos en la sarten con la crema de anchoas.

Servir bien caliente, podéis acompañarlo con una copa de  vino blanco.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Bizcocho clásico de yogur y limón


Cuando te apetezca merendar algo dulce o tener algo para mojar en el cafecito del desayuno, esta es una buena opción muy fácil de hacer y que siempre queda bien, es perfecto para principiantes. Para las proporciones yo me basé en la receta de Su, de Webos Fritos, un fantástico blog que recomiendo, aunque este es el bizcocho de yogur de Mamá de toda la vida y ella siempre mide los ingredientes con el propio vasito del yogur y lo decora con almendras tostadas, que también le queda muy bien. Como podéis ver también me basé en la sugerencia de presentación de WF, ya que tenía limones de Sisán y hierbabuena en casa.

Necesitas:
3 huevos
250 g de azúcar
1 yogur natural o de limón
250 g de harina adecuada para repostería
1 sobre de levadura (yo utilicé Royal)
100 g de aceite de girasol
Ralladura de limón (rallar la parte más externa)
1 pizca de sal

Cómo se hace:
1. Precalentamos el horno a 180° C en función normal (sin turbo)
2. Batimos los huevo con el azúcar con unas varillas.
3. Añadimos el yogur, la relladura de limón y el aceite y batimos todo.
4. Incorporamos la harina y la levadura previamente tamizadas con un colador grande (¡gracias Mami por regalarme el colador, funciona muy bien!).
5. Añadimos la pizca de sal, lo vertemos en un molde engrasado para que no se pegue y lo metemos en el horno, entre 40 y 50 minutos. El tiempo depende mucho del horno, la receta original dice 40 minutos, pero en el mío hacen falta 50. Podéis pincharlo para comprobar que está hecho. No abráis la puerta del horno y cuando esté listo dejad que enfríe 5 minutos lentamente en el horno con la puerta ligeramente abierta, para que no se hunda. Una vez frío espolvorear con azúcar glacé.

Truquito: para hacer azúcar glacé aromatizado para decorar los bizcochos podéis moler azúcar normal con un molinillo y guardarlo en un bote de cristal con unos trocitos de vainas de vainilla natural, así al decorarlo le daréis un ligero aroma que le da un toque especial. El azúcar glacé que venden suele llevar algún antiapelmazante, por eso prefiero este. Si se apelmaza podéis agitarlo un poco o darle unos toques con un macito de mortero para deshacer los aglomerados.

¡Que lo disfrutéis!

viernes, 9 de noviembre de 2012

Tiramisú...¡de pistacho!


Sí, sí... habéis leído bien. Prometo que en breve subiremos la receta del Tiramisú clásico, que también nos sale muy bien y es muy fácil, pero en esta ocasión tenía a mano la foto de otra variedad de este conocido postre que me pasó Silvia y he decidido publicarla. Por cierto, la fotografía está realizada con la cámara del móvil y con mala luz, así que le he dado un toque retro para que fuera algo más vistosa, pero el color real es mucho más intenso. Aprovecho para decir que las veces que he pedido Tiramisú de postre casi siempre está hecho con nata en lugar de auténtico queso mascarpone y aunque está rico, no es lo mismo, así que ahí va la receta. La mezcla del mascarpone con el pistacho es sorprendente y está buenísima, ya veréis...

Necesitas (para 6 personas)
250 g de queso marcarpone (yo utilicé de la marca Galbani)
Un paquete de galletas tipo savoiardi o bizcochos de soletilla
70 g de pistachos molidos
1 yema y 2 claras de huevo
75 ml de café
Licor de almendras (amaretto)
6 cucharadas de azúcar glacé
Cacao en polvo (recomiendo Valor)

Cómo se hace:
1. Es difícil encontrar los pistachos ya molidos, así que si los tenemos enteros debemos pelarlos por completo y picarlos. Lo que nosotras hacemos normalmente es machacarlos en el mortero, lo cual es más lento y doloroso (¡ay!) pero me gusta porque quedan trocitos de distinto tamaño y alguno literalmente "hecho polvo" y al mezclar con el marcarpone le da un cierto tono color pistacho. 
2. En un bol mezclamos el mascarpone con el azúcar glacé, los pistachos (reservamos unos pocos para adornar) y la yema de huevo. Lo removemos suavemente con una espátula de silicona o madera hasta que la mezcla quede homogénea.
3. Batimos las claras a punto de nieve. Esto es importante, pues es lo que va a hacer la crema de queso quede más ligera y esponjosa.
4. Juntamos las claras a punto de nieve con la mezcla de mascarpone y lo mezclamos delicadamente con movimientos envolventes de abajo hacia arriba para que no pierda esponjosidad.
5. Hacemos un café y cuando esté listo lo vertemos sobre un recipiente, por ejemplo, una bandeja de cerámica profunda o un bol y añadimos un buen chorro de amaretto. Si es necesario dejamos que enfríe un poco, pero no demasiado.
5. Ahora montamos nuestro Tiramisú: vamos empapando las galletas en el café y colocándolas en la base de los basitos o bandeja donde vayamos a servirlo. Encima ponemos una capa de crema de mascarpone, y encima, otra capa de galletas empapadas y así sucesivamente. La última capa ha de ser de crema.
6. Espolvoreamos con cacao ayudándonos con un colador y adornamos con trocitos de pistacho. Ya está listo, sólo hay que dejarlo reposar unas horas en la nevera tapado con un film y ¡a disfrutar!.

Notas: obviamente, como en todo, es importante utilizar ingredientes de calidad, un buen café y un buen cacao marcan la diferencia, y por supuesto, el mascarpone en lugar de nata. Para presentarlo podéis elegir vasitos individuales como en la foto o prepararlo en una bandeja de cristal o cerámica que tenga cierta profundidad. Podéis espolvorarlo con cacao y adornarlo justo antes de servir cuando lo saquéis de la nevera y quedará mejor presentado, ya que la crema suele humedecer el cacao en la nevera.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Manzanas asadas al Oporto y aroma de canela


El domingo volvimos de Sisán cargados de cosas ricas, y entre ellas había manzanas tabardillas, que tienen una forma ligeramente achatada y la piel de tono marrón y aspecto mate. Estas manzanas tienen un aroma delicioso y un sabor ligeramente ácido, por lo que me gustan especialmente asadas o en compota. Esta receta me la enseñó Mamá, aunque realmente es muy fácil de hacer y en un periquete tedremos un postre riquísimo y muy sano que satisfará a los más golosos. Además es una forma fantástica de aromatizar la casa porque huelen increíblemente bien cuando se están haciendo en el horno...

Necesitas (para 4 manzanas)
Manzanas (recomiendo tabardillas, reineta o alguna clase que sea de sabor algo ácido)
Una copita de vino de Oporto (u otro tipo de licor como el Amaretto, que también le va muy bien)
Dos cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de azúcar moreno de caña
4 cucharadas de azúcar blanco
Canela
Azúcar glacé (opcional)

Cómo se hace:
1. Precalentamos el horno a 200 °C
2. Lavamos bien y secamos con un trapo las manzanas, les damos la vuelta y las descorazonamos dejándolas libres de pepitas.
3. Las colocamos en una fuente o bandeja de horno boca abajo, es decir, con el agujero hacia arriba, y dentro de cada una ponemos una avellana de mantequilla, un chorrito de Oporto, una cucharadita de azúcar moreno, y una cucharada de azúcar blanco. Con el Oporto que nos sobre vertemos otro poquito encima del azúcar.
4. Espolvoreamos con canela y opcionalmente podemos espolvorear algo más la piel de las manzanas con azúcar glacé, lo que hará que queden más "caramelizadas".
5. Metemos las manzanas en el horno y dejamos que se asen durante 20 a 30 minutos (el tiempo depende del tamaño de las manzanas y del horno).

Espero que ya estéis disfrutando de esta golosina natural.

Musaca, μουσακάς, mousakás...


El estilo de vida griego se refleja en su cocina, por eso al encontrarme delante de un plato de musaca me transporta a un paisaje blanco y azul y vuelven a mi mente los buenos momentos de relax entre playas, cúpulas, tavernas, largas cenas al atardecer, el intenso sabor del ouzo y el sonido del syrtaky... Además de ganas de vacaciones, espero que esta receta os despierte el apetito.

Necesitas (para 4 personas)
4-5 berenjenas
1/2 kg de carne picada
2-3 tomates
2 cebollas
1 taza de aceite de oliva virgen extra
1 diente de ajo
1 hoja de laurel
Bechamel
Harina
Pimienta negra molida
Sal

Cómo se hace:
1. Empezamos por las berenjenas las cortamos en rodajas no demasiado finas, las ponemos en un recipiente y las rociamos con sal. Las dejamos reposar unos 45 minutos para que pierdan el amargo.
2. Lavamos las berenjenas bajo agua fría, las escurrimos y las secamos bien. Las pasamos por harina y las freímos en aceite hasta que queden doradas. Las reservamos en un plato con papel de cocina para que absorva el aceite en exceso.
3. En una sartén con el aceite pasamos la cebolla picada, una vez que esté pochadita incorporamos la carne y la dejamos cocinar 10 minutos. A continuación incorporamos los tomates pelados y sin semillas, el ajo y el laurel, salpimentamos y lo dejamos que se cocine durante una hora, hasta que se reduzca y nos quede una salsa compacta.
4. Cogemos una fuente de horno y colocamos una primera capa de berenjenas, salpimentamos y cubrimos con nuestra salsa, continuamos siguiendo siempre este orden. La última capa sera de bechamel (ni demasiado densa ni demasiado líquida).
5. Cubrimos con queso parmigiano y horneamos durante 20-25 minutos a 180 grados.

Como la mayoría de las recetas acepta variantes según nuestros gustos, podemos preparala con una capa de patatas, solo vegetariana, decorarla con feta y orégano...En este caso la serví en la fuente de barro en la que la preparé, pero podeis cortarla en raciones y directamente al plato, servidla bien calentita y ¡buen provecho!

Gazpacho


Esta es una receta de Carlos, un catalán con ascendentes andaluces que durante su estancia en Padova nos deleitó con cenas inolvidables y buenos momentos. Como sabemos el gazpacho es ideal para disfrutar en verano porque es ligero y refrescante. Personalmente también lo recomiendo para después de una buena siesta en los días más cálidos del año ;-).

Necesitas (para 4 personas)
6 tomates
2 pepinos pequeños
1/2 cebolla
1/2 pimiento rojo
1/2 pimiento verde
1/2 l de agua
Aceite de oliva virgen extra
Un poco de pan para espesar (opcional)
Vinagre
Ajo
Sal

Cómo se hace:
1. Poner a remojo el pan cubriéndolo con agua y añadiendo un poco de sal y vinagre. Reservar.
2. Pelar y trocear los tomates, los pepino, el pimiento, la cebolla y el ajo, mezclar todos los ingredientes.
3. Pasar por la batidora la mezcla de vegetales, añadiendo agua hasta que quede con consistencia cremosa. Añadir a continuación el pan, el vinagre y batir todo hasta que emulsione bien. Corregir de sal.
4. Pasar por el chino o colador si es necesario para homogeneizar bien la mezcla.
5. Dejar reposar en la nevera al menos dos horas y servir frio con un chorrito de aceite de oliva.

Para la presentación podéis preparar verduras cortadas en cuadraditos, o incluso trocitos de jamón o huevo cocido que cada comensar añadirá a su gusto.

viernes, 2 de noviembre de 2012

La auténtica Carbonara... ¡no lleva nata!


La Carbonara es una forma italiana tradicional de preparación de la pasta, generalmente spaghetti, aunque puede prepararse con diferentes tipos de pasta alargada. Si bien el origen del nombre no parece estar claro y existen varias teorías al respecto, lo que sí sabemos es que la receta original italiana no lleva nata. Los ingredientes básicos son huevo, pimienta negra y un poco de aceite de oliva, y podéis incluir además pancetta, o algún vegetal y queso parmesano. Dado que mi aversión a la nata en las comidas es universalmente famosa, no voy a insistir sobre lo que para mi estropea completamente los platos. Reconozco que en algunas salsas de acompañamiento con vino, pimienta o setas, la nata puede aportar una cremosidad y cuerpo que le va bien a algunas recetas, sin embargo rechazo totalmente esas "sopas de nata" que en algunos sitios llaman Carbonara, porque este plato, preparado en su forma original está delicioso. Probad y ya me contaréis, ¡ah! está tirado de hacer. En esta caso utilicé rigatoni Barilla, pero podéis elegir otro tipo de pasta que os guste.

Necesitas (para 4 personas)
300-350 g de pasta (rigatoni, spaghetti, tagliatelle...)
2 huevos (3 si son pequeños).
70 g de pancetta (a mi me gusta la curada o ahumada)
1/2 cebolla y un diente de ajo (opcional)
Aceite de oliva virgen extra
Pimienta negra
Orégano
Queso parmesano reggiano

Cómo se hace:
1. Ponemos a cocer la pasta en agua con sal y un chorrito de aceite de oliva. Echamos la pasta cuando el agua rompa a hervir y la cocemos durante el tiempo indicado en el envase hasta que este al dente (ofrece cierta resistencia al morderla).
2. Mientras la pasta se cuece vamos preparando un pequeño sofrito con una pequeña cantidad de aceite de oliva virgen, la cebolla y el ajo cortados en trocitos pequeños (brunoise) y la panceta, también en tiras delgadas. Hacemos el sofrito a fuego medio hasta que la cebolla quede transparente y tierna y la panceta bien frita. Reservamos.
3. Una vez cocida la pasta, la dejamos escurrir bien. Batimos ligeramente los huevos con un poco de sal. Volcamos la pasta sobre una sartén o tartera antiadherente a fuego bajo-medio, añadimos el huevo batido y vamos removiendo cuidadosamente la pasta con el huevo. Al estar la pasta caliente, el huevo en contacto con ella se irá cuajando lentamente. Cuando empiece a estar ligeramente cuajado añadimos el sofrito y salteamos todo.
4. Servimos bien caliente con un poco de orégano, pimienta negra molida y un poco de parmesano que habremos rallado al momento sobre la pasta.

Importante: No cocer demasiado la pasta, normalmente debemos seguir el tiempo indicado en el envase. No debemos dejar que el huevo se cuaje demasiado o quedará muy seco. La gracia de la Carbonara es conseguir ese punto en que el huevo queda semi-sólido y cubriendo ligeramente la pasta. Si nos queda seco podemos añadir un chorrito de aceite de oliva al final.

Buon appetito!