domingo, 22 de enero de 2017

Quinoa con calabaza y bacalao


Aunque no soy muy proclive a las modas de los "superalimentos" reconozco que últimamente me he aficionado bastante a la quinoa o quinua. Con este nombre de origen quechua se conoce a la planta herbácea anual Chenopodium quinoa, cultivada principalmente en los Andes y cuya semilla fue desde tiempos preincaicos, el principal alimento de los pueblos andinos. El principal productor de quinua es Bolivia que, en la última década, triplicó su producción, y que cuenta con la denominación de origen controlada 'Quinua Real'.

La reciente popularidad de la semilla de la quinoa se debe a su valor nutricional y equilibrado, con una adecuada proporción de carbohidratos, grasas y proteínas, siendo un buen complemento a las dietas vegetarianas y veganas. Además, la quinua es rica en hierro, calcio, fósforo y vitaminas y es adecuada como acompañamiento en ensaladas o formando parte de guisos y estofados.

Esta receta fue totalmente improvisada con los ingredientes que teníamos a mano, pero la combinación del bacalao con el toque dulce de la calabaza resultó deliciosa. Os animamos a que la probéis.

Dificultad: facilísimo.

Tiempo de preparación: 30 minutos

Necesitáis (para 2 personas):
1/2 vaso de quinoa (preferentemente ecológica, hemos utilizado esta)
1 posta/lomo de bacalao (para esta receta hemos elegido lomo congelado y desalado)
150-200 g de calabaza
1/2 pimiento verde
1/2 cebolla
Aceite de oliva
Especias (opcionalmente: azafrán, curry o comino, pimienta negra)
Sal

Cómo se hace:
1. En primer lugar, ponemos a cocer el bacalao en agua hirviendo durante 15 minutos.
2. Mientras se cuece el bacalao lavamos bien la quinoa, ya que las semillas contienen saponina, que le da un sabor amargo. Podéis utilizar un colador grande para lavar la quinoa con abundante agua fría bajo el grifo hasta que deje de producir espuma. La ponemos en un cazo y añadimos el doble y un poco más de agua y un puñadito de sal. Opcionalmente, podemos añadir 2 o 3 hebras de azafrán y una cucharadita moka de curry. Ponemos a cocer a fuego medio hasta que la quinua haya absorbido el agua y esté blandita.
3. Vertemos un chorrito de aceite sobre una sartén, picamos la cebolla y la dejamos pochar a fuego medio unos 5 minutos, hasta que esté transparente. A continuación, incorporamos el pimiento verde cortado en tiras y dejamos pochar el conjunto de 5 a 10 minutos más.
4. Cortamos la calabaza en dados y la añadimos a la sartén, salpimentamos, subimos un poco el fuego si es necesario, y dejamos que se vaya cocinando hasta empezar a ablandarse.
5. Una vez cocido el bacalao, debemos retirar la piel y las espinas cuidadosamente y desmigarlo con ayuda de un cuchillo y tenedor, pero sin deshacerlo demasiado. Lo incorporamos a la sartén y añadimos un poquito más de aceite al sofrito para que no se seque en exceso, dejamos que el conjunto termine de hacerse durante 5 minutos más.
6. Una vez la quinoa ha absorbido el agua, la tapamos 1 minuto y la dejamos reposar. A continuación, la incorporamos a la sartén mezclándola con el resto de los ingredientes y salteamos el conjunto un par de minutos.

Como veis, se trata de una receta muy fácil y sana. Y a vosotros, ¿os gusta la quinoa?, ¿qué otras recetas os gusta cocinar con este ingrediente?, ¡esperamos vuestros comentarios!

Hasta la próxima en UTA.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Ensalada "pagesa" de bacalao

Foto: Patricia Casal

La semana pasada volví a Fomentera. En esta ocasión fue una visita fugaz, la agenda no me permitió quedarme más tiempo, pero sí lo suficiente para degustar una deliciosa comida frente a la Platja de Migjorn, admirando el espectáculo de las aguas turquesas y cristalinas del Mediterráneo. Uno de los platos que tuve ocasión de probar y me encantó fue la amanida pagesa o ensalada pagesa (campesina). Esta ensalada se elabora tradicionalmente a base de patata, pimiento rojo y verde, tomate, cebolla, ajo, y dos ingredientes clave que la diferencian de otras ensaladas y le dan un carácter especial: el peix sec (pescado seco) y el bescuit de pa (pan tostado). Ambos son productos típicos de la isla, aunque el pescado seco se prepara tradicionalmente en muchas regiones del sur de la Península. El origen en todos los casos es el mismo: conservar el pescado durante largos periodos de tiempo para su almacenamiento o comercialización. El secado es una de las técnicas de conservación más antiguas, ya que es relativamente sencillo, efectivo en climas adecuados, y genera un producto fácilmente transportable que se conserva durante años.

Aprovechando que tenía tomates y pimientos de la huerta de Sisán en casa, decidí probar a hacer esta receta, pero con una variante: sustituyendo el peix sec por lo más parecido que tengo a mano en Oporto, el bacalao. En esta ocasión, en lugar de utilizar bacalao salado, utilicé una conserva de bacalao en aceite de ajo que descubrí recientemente y me encanta. Pensé que la combinación estaría buena y resultó deliciosa. Otra característica de esta ensalada es que mezcla ingredientes cocinados con otros en crudo, lo que aporta diferentes texturas que la hacen especialmente deliciosa.

Espero volver pronto a Formentera y comprar el peix sec para reproducir la receta original, mientras tanto, os recomiendo que probéis esta versión u otra que se os ocurra.

Bon profit!

Necesitas (para 4 personas):
3 patatas
3 tomates
1 pimiento rojo
1 pimiento verde
1 conserva de bacalao en aceite de oliva y ajo (o un producto similar).
1/2 cebolla blanca
1 huevo duro (opcional)
1 diente de ajo (si no lo lleva la conserva)
Pan tostado o pan duro
Aceite de oliva virgen
Sal (yo utilicé Sal de Ibiza con ibisco, esta o cualquier otra con un toque cítrico le va muy bien)

Cómo se hace:
1. Lo primero es asar el pimiento rojo a 180 grados en horno durante aproximadamente 30 minutos. Cuando esté listo, cubridlo con papel de aluminio 5 minutos para que la piel se despegue y resulte más fácil retirarla.
2. Mientras se asa el pimiento rojo, ponemos las patatas a cocer con la piel, entre 20 y 30 minutos, dependiendo del tamaño.
3. En un bol vamos añadiendo el pan tostado en trozos, el tomate, el pimiento verde y la cebolla. Todo ello cortado en trozos no muy pequeños. Le damos unas vueltas para que el pan se humedezca con el zumo del tomate y los vegetales cortados.
4. Una vez asado el pimiento lo fileteamos y añadimos a la ensalada, junto con la patata pelada y en trozos medianos y, opcionalmente, un huevo duro picado.
5. Sólo queda añadir la conserva de bacalao desmenuzándola ligeramente. Mezclamos todos los ingredientes, añadimos sal y abundante aceite de oliva. Podéis aprovechar el aceite de la conserva, si es de oliva.

domingo, 24 de abril de 2016

Salmón al horno con costra de panko, mostaza y miel

Foto: Patricia Casal

Buscando inspiración sobre recetas nuevas en la web, encontré algunas que utilizaban como ingrediente el panko, un pan rallado o desmigado, de origen japonés, cuya principal diferencia con el pan rallado tradicional, es que no utiliza la corteza, sino sólo pan blanco. El aspecto de las recetas era tan apetecible que en cuento tuve la ocasión me hice un un paquetito.

El panko es utilizado tradicionalmente en japón para el rebozado de diferentes tipos de carnes y pescados que se fríen en aceite muy caliente. El resultado es una cobertura con una textura muy crujiente y ligera.

Os proponemos una receta muy sana, baja en calorías y en colesterol, y cuyo ingrediente esencial es el panko. A la pregunta de si sale igual con pan rallado normal os adelanto que no, la textura del panko es lo que le da la consistencia al plato y hace que el salmón, que es el pescado que os proponemos para este delicioso plato, quede muy sabroso, al cocinarse bajo una costra que mantiene su aroma y sabor. Podéis encontrar panko en tiendas especializadas de comida oriental o en grandes superficies que cuenten con secciones de comida oriental.

¡Vamos allá!

Dificultad: muy fácil.

Tiempo de elaboración: 25 minutos

Necesitas (2 personas):
2 filetes de salmón fresco
1 gota de aceite de oliva
1 cucharada de mostaza de Dijon
1 cucharada de miel
1 diente de ajo
Ralladura de un limón
Perejil fresco
Pimienta
Sal
Para la guarnición:
Espárragos trigueros frescos
Aceite de oliva
Sal

Cómo se hace:
1. Lo primero es limpiar bien y secar los filetes o postas de salmón y salpimentarlos. En una fuente o recipiente apto para el horno, ponemos una gotita de aceite de oliva y la extendemos por el fondo para crear una película antiadherente y ponemos sobre ella los filetes de pescado, con la piel hacia abajo. Precalentamos el horno a 200 grados.
2. A continuación picamos el ajo muy fino y, en un recipiente o mortero, lo mezclamos con la cucharada de mostaza y la de miel. Untamos con la mezcla resultante los filetes de salmón, creando una capa ligera que recubra el pescado.
3. Picamos un puñadito de perejil muy fino y rallamos la piel de un limón, reservando dos rodajas de limón para la decoración. Mezclamos cuidadosamente la ralladura de limón y el perejil con el panko (de un paquete de 100 g he utilizado aproximadamente la tercera parte) y cubrimos con la mezcla los filetes, de forma que queden "enterrados" bajo una capa de panko.
4. Metemos la fuente en el horno y lo dejamos durante aproximadamente 15 minutos (en mi horno le hacen falta 20 minutos, ya que no es muy potente). Cuando el panko adquiera un tono dorado estará listo.
5. Mientras se asa el pescado, en una plancha o sartén ponemos los espárragos, que previamente habremos lavado y cortado la parte final más blanca. Los hacemos a la plancha con unas gotas de aceite de oliva virgen extra y a fuego medio hasta que estén dorados y se dejen pinchar sin dificultad, los servimos acompañando el pescado con unos granitos de sal gorda. Decoramos el pescado con las rodajas de limón.

¡Esperamos que lo pongáis en práctica!

Patricia y Silvia

sábado, 12 de septiembre de 2015

Guiso de ternera a la jardinera


También conocido en nuestra casa como "Carne guisada con patatas amarillas", esta es una receta de la comida familiar tradicional que siempre triunfa. Ahora que se acerca el otoño y las temperaturas empiezan a enfriarse os animamos a que reconfortéis a vuestras parejas o familias con este plato, os adorarán.

El secreto para un buen guiso es, fundamentalmente, una materia prima de calidad. Os aconsejamos ternera gallega, a ser posible, de producción ecológica, y de la parte de la mano, que según las madres es la mejor para guisar. En la carnicería podéis pedir carne para guisar y que os la corten, o bien cortarla vosotros en casa. Por último, hay otro secreto fundamental para lograr que la carne quede tierna y el guiso esté en su punto, ya sabéis... hay que cocinarlo a fuego lento.

Dificultad: baja

Tiempo de elaboración: 1 1/2 horas

Necesitas (para 4 personas):
600 g de carne para guisar cortada en trozos no muy pequeños.
5-6 patatas medianas
2 zanahorias
1 puñado de guisantes
1/2 cebolla
Vino blanco
Laurel (opcional)
Azafrán
Sal

Cómo se hace:
1. Lo primero que haremos será sazonar ligeramente la carne, Si nos gusta la pimienta, podemos poner un poco, pero sólo un toque, sin pasarse.
2. En una olla adecuada para guisar ponemos un chorro de aceite a fuego fuerte mientras, picamos media cebolla y cortamos en trozos la zanahoria. Cuando el aceite esté caliente ponemos la carne y la doramos dándole unas vueltas con una cuchara de madera y procurando que no se pegue.
3. Una vez dorada la carne, bajamos ligeramente el fuego y añadimos la cebolla y la zanahoria, tampamos casi por completo la olla y dejamos que los vegetales se vayan pochando.
4. Cuando la cebolla esté transparente, añadimos un vaso de agua tibia en la que previamente hayamos disuelto el azafrán y un chorro generoso de vino blanco. El agua debe cubrir la carne, pero no demasiado, siempre estaremos a tiempo de añadir más agua. Una vez evaporado el alcohol del vino, tapamos ligeramente la olla y dejamos cocer la carne a fuego medio-bajo durante 15 minutos.
5. Mientras se empieza a cocer la carne, pelamos y cortamos las patatas en trozos no muy pequeños cascándolas. Pasados los 15 minutos, las incorporamos al guiso junto con una hoja de laurel, si os gusta el sabor, y añadimos más agua, si es necesario, hasta cubrir todos los ingredientes.
6. Cocemos todo el conjunto 50 minutos más a fuego medio-bajo, comprobando de vez en cuando si necesita más agua. Cinco minutos antes de que se complete la cocción añadimos un puñadito de guisantes y rectificamos de sal.

El guiso estará listo y riquísimo.

Nota: la técnica de cascar las patatas consiste en hacer una incisión con el cuchillo sin cortar totalmente el trozo y "tirar" hacia atrás para romperlo. De esta forma la patata soltará el almidón y el guiso quedará más "gordito".

Bon appétit!