jueves, 29 de septiembre de 2016

Ensalada "pagesa" de bacalao

Foto: Patricia Casal

La semana pasada volví a Fomentera. En esta ocasión fue una visita fugaz, la agenda no me permitió quedarme más tiempo, pero sí lo suficiente para degustar una deliciosa comida frente a la Platja de Migjorn, admirando el espectáculo de las aguas turquesas y cristalinas del Mediterráneo. Uno de los platos que tuve ocasión de probar y me encantó fue la amanida pagesa o ensalada pagesa (campesina). Esta ensalada se elabora tradicionalmente a base de patata, pimiento rojo y verde, tomate, cebolla, ajo, y dos ingredientes clave que la diferencian de otras ensaladas y le dan un carácter especial: el peix sec (pescado seco) y el bescuit de pa (pan tostado). Ambos son productos típicos de la isla, aunque el pescado seco se prepara tradicionalmente en muchas regiones del sur de la Península. El origen en todos los casos es el mismo: conservar el pescado durante largos periodos de tiempo para su almacenamiento o comercialización. El secado es una de las técnicas de conservación más antiguas, ya que es relativamente sencillo, efectivo en climas adecuados, y genera un producto fácilmente transportable que se conserva durante años.

Aprovechando que tenía tomates y pimientos de la huerta de Sisán en casa, decidí probar a hacer esta receta, pero con una variante: sustituyendo el peix sec por lo más parecido que tengo a mano en Oporto, el bacalao. En esta ocasión, en lugar de utilizar bacalao salado, utilicé una conserva de bacalao en aceite de ajo que descubrí recientemente y me encanta. Pensé que la combinación estaría buena y resultó deliciosa. Otra característica de esta ensalada es que mezcla ingredientes cocinados con otros en crudo, lo que aporta diferentes texturas que la hacen especialmente deliciosa.

Espero volver pronto a Formentera y comprar el peix sec para reproducir la receta original, mientras tanto, os recomiendo que probéis esta versión u otra que se os ocurra.

Bon profit!

Necesitas (para 4 personas):
3 patatas
3 tomates
1 pimiento rojo
1 pimiento verde
1 conserva de bacalao en aceite de oliva y ajo (o un producto similar).
1/2 cebolla blanca
1 huevo duro (opcional)
1 diente de ajo (si no lo lleva la conserva)
Pan tostado o pan duro
Aceite de oliva virgen
Sal (yo utilicé Sal de Ibiza con ibisco, esta o cualquier otra con un toque cítrico le va muy bien)

Cómo se hace:
1. Lo primero es asar el pimiento rojo a 180 grados en horno durante aproximadamente 30 minutos. Cuando esté listo, cubridlo con papel de aluminio 5 minutos para que la piel se despegue y resulte más fácil retirarla.
2. Mientras se asa el pimiento rojo, ponemos las patatas a cocer con la piel, entre 20 y 30 minutos, dependiendo del tamaño.
3. En un bol vamos añadiendo el pan tostado en trozos, el tomate, el pimiento verde y la cebolla. Todo ello cortado en trozos no muy pequeños. Le damos unas vueltas para que el pan se humedezca con el zumo del tomate y los vegetales cortados.
4. Una vez asado el pimiento lo fileteamos y añadimos a la ensalada, junto con la patata pelada y en trozos medianos y, opcionalmente, un huevo duro picado.
5. Sólo queda añadir la conserva de bacalao desmenuzándola ligeramente. Mezclamos todos los ingredientes, añadimos sal y abundante aceite de oliva. Podéis aprovechar el aceite de la conserva, si es de oliva.

domingo, 24 de abril de 2016

Salmón al horno con costra de panko, mostaza y miel

Foto: Patricia Casal

Buscando inspiración sobre recetas nuevas en la web, encontré algunas que utilizaban como ingrediente el panko, un pan rallado o desmigado, de origen japonés, cuya principal diferencia con el pan rallado tradicional, es que no utiliza la corteza, sino sólo pan blanco. El aspecto de las recetas era tan apetecible que en cuento tuve la ocasión me hice un un paquetito.

El panko es utilizado tradicionalmente en japón para el rebozado de diferentes tipos de carnes y pescados que se fríen en aceite muy caliente. El resultado es una cobertura con una textura muy crujiente y ligera.

Os proponemos una receta muy sana, baja en calorías y en colesterol, y cuyo ingrediente esencial es el panko. A la pregunta de si sale igual con pan rallado normal os adelanto que no, la textura del panko es lo que le da la consistencia al plato y hace que el salmón, que es el pescado que os proponemos para este delicioso plato, quede muy sabroso, al cocinarse bajo una costra que mantiene su aroma y sabor. Podéis encontrar panko en tiendas especializadas de comida oriental o en grandes superficies que cuenten con secciones de comida oriental.

¡Vamos allá!

Dificultad: muy fácil.

Tiempo de elaboración: 25 minutos

Necesitas (2 personas):
2 filetes de salmón fresco
1 gota de aceite de oliva
1 cucharada de mostaza de Dijon
1 cucharada de miel
1 diente de ajo
Ralladura de un limón
Perejil fresco
Pimienta
Sal
Para la guarnición:
Espárragos trigueros frescos
Aceite de oliva
Sal

Cómo se hace:
1. Lo primero es limpiar bien y secar los filetes o postas de salmón y salpimentarlos. En una fuente o recipiente apto para el horno, ponemos una gotita de aceite de oliva y la extendemos por el fondo para crear una película antiadherente y ponemos sobre ella los filetes de pescado, con la piel hacia abajo. Precalentamos el horno a 200 grados.
2. A continuación picamos el ajo muy fino y, en un recipiente o mortero, lo mezclamos con la cucharada de mostaza y la de miel. Untamos con la mezcla resultante los filetes de salmón, creando una capa ligera que recubra el pescado.
3. Picamos un puñadito de perejil muy fino y rallamos la piel de un limón, reservando dos rodajas de limón para la decoración. Mezclamos cuidadosamente la ralladura de limón y el perejil con el panko (de un paquete de 100 g he utilizado aproximadamente la tercera parte) y cubrimos con la mezcla los filetes, de forma que queden "enterrados" bajo una capa de panko.
4. Metemos la fuente en el horno y lo dejamos durante aproximadamente 15 minutos (en mi horno le hacen falta 20 minutos, ya que no es muy potente). Cuando el panko adquiera un tono dorado estará listo.
5. Mientras se asa el pescado, en una plancha o sartén ponemos los espárragos, que previamente habremos lavado y cortado la parte final más blanca. Los hacemos a la plancha con unas gotas de aceite de oliva virgen extra y a fuego medio hasta que estén dorados y se dejen pinchar sin dificultad, los servimos acompañando el pescado con unos granitos de sal gorda. Decoramos el pescado con las rodajas de limón.

¡Esperamos que lo pongáis en práctica!

Patricia y Silvia