miércoles, 27 de noviembre de 2013

Muslitos de pollo a la cerveza


Pocas recetas resultan tan fáciles y resultonas como el guiso de pollo a la cerveza. En esta receta se puede decir que "cada maestrillo tiene su librillo", así hay quien lo cocina con tomate, con zanahoria, sólo con cebolla o con pimiento. También hay variantes en cuanto al tipo de cerveza, rubia suave, o tostada y amarga para intensificar el sabor. Nosotros hemos optado por utilizar zanahoria y pimiento rojo. La zanahoria especialmente nos gusta porque su sabor ligeramente dulce contrarresta el amargor de la cerveza y le queda muy bien, también añadimos un poco de pimiento, pero podéis prescindir de él. En cuanto a la cerveza, os dejamos que elijáis vosotros. Para el acompañamiento podéis optar por unas patatas fritas o aún mejor, un arroz basmati.

Tiempo de elaboración: 50 minutos

Dificultad: facilísimo

Necesitáis (para 2 personas/4 muslitos):
4 muslos de pollo
1 zanahoria
1/2 cebolla grande o 1 pequeña
1/3 pimiento rojo
1 diente de ajo
Aceite de oliva virgen
1 lata o botellín de cerveza
Un poco de harina
Pimienta negra
Sal

Cómo se hace:
1. Limpiamos bien con agua los muslitos y cortamos los sobrantes de piel. No quitamos toda la piel, sino sólo la que esté más suelta. Escurrimos y secamos bien los muslitos, los salpimentamos al gusto y enharinamos ligeramente sacudiendo el exceso de harina.
2. En la olla en la que vayamos a prepararlos, ponemos un poco de aceite de oliva y los doramos bien por toda su superficie (cuidado que puede saltar, poned una tapa). Una vez dorados, los retiramos y reservamos.
3. En ese mismo aceite donde doramos el pollo, ponemos la cebolla cortada fina, un diente de ajo pelado y aplastado, el pimiento en tiras y la zanahoria en rodajas finas. Rehogamos durante unos 10 minutos a fuego suave hasta que veamos que la cebolla queda transparente y blanda.
4. Incorporamos los muslitos y añadimos la cerveza y medio vaso de agua, espolvoreamos con finas hierbas o un poco de perejil picado. Subimos el fuego inicialmente dejando la tapa abierta para que evapore el alcohol durante aproximadamente un minuto, después lo dejamos medio tapado y a fuego medio-bajo haciéndose lentamente durante unos 40 minutos. Si vemos que nos queda seco vamos añadiendo un poco más de agua. No os olvidéis comprobar el punto de sal y corregir si fuese necesario.

Este plato está aún más rico al día siguiente. Lo podéis llevar perfectamente en el tupper al trabajo, pero en ese caso yo optaría por pechugas cortadas en dados, que son menos engorrosas para comer en la oficina. ¡Bon appétit!

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